Haciendo un símil entre una carretera y la red, se nos plantean en este texto muchos problemas que tienen una sencilla solución si todos nos ponemos deacuerdo, sobre todo nuestros políticos.
La idea principal del texto es la neutralidad de la red. Esto quiere decir “garantizar que todos los paquetes de datos que recorren Internet deben ser tratados por igual con independencia de su origen, contenido o destino”. Esto es lógico pero plantea serios problemas:
En primer lugar se nos dice que la red no puede ser neutral porque no llega a todo el mundo. En base a esto, se suele distinguir entre ciudadanos digitales y no digitales, otorgando a los digitales una especie de superioridad sacada de su uso de las tecnologías. Aquí es donde se nos plantea la comparación entre carreteras y red: “Es como si las leyes sobre tráfico o carreteras sólo se hicieran en base a los usuarios de coches más potentes, y no se tuviera en cuenta a turismos, usuarios de transporte público o peatones.”. Básicamente lo que se nos plantea con esto es que teniendo en cuenta que esa red y su neutralidad hace distinciones entre ciudadanos, aumenta la diferencia entre ellos, en lugar de acercarlos. En este punto entran en juego los representantes políticos que presionando a las operadoras y estableciendo un entramado legal para que la red se extienda a la mayoría de la población, hagan que su neutralidad aumente de forma natural: “Lo que necesito es que todas las poblaciones tengan comunicación por este medio, y que sea útil, no un camino de tierra. Si después, una empresa quiere establecer una autopista de peaje, sin hacer daño alguno a la comunicación básica de la localidad, puede que no me guste, pero está dentro de la lógica y la necesidad empresarial, aunque seguramente yo siga utilizando la carretera normal, no la de peaje”.
Volviendo al hecho de que todos los datos se traten de igual manera con independencia de su contenido etc., es lógico que “la red no puede ser neutral ante problemas tan graves como la pornografía infantil, el racismo, las mafias internacionales o el tráfico de personas. Ese contenido no debe ser tratado por igual que los contenidos normales de cultura, ocio o informativos. Deben ser censurados y atacados, tanto en origen como en el destino”. “Es necesario que los gobiernos también actúen de esa manera global en su colaboración. Quiero que mis carreteras, además de llegar a todo el mundo, sean seguras. Quiero que exista seguridad para mis hijos. Y no quiero que esa seguridad sólo dependa de los cerrojos o filtros que ponga yo en mi casa o en mis ordenadores, sino también de mis gobernantes. La red no puede, no debe ser neutral en eso. Y esos filtros y esa seguridad no debe ir encaminada o dirigida sólo por sectores económicos en defensa de su nicho de negocio, como discográficas, productoras cinematográficas o editoriales. Debe ir encaminada a proteger a los sectores de la población más expuestos, como menores (penosa la situación de la pornografía infantil en redes sociales como Windows Live o Microsoft), personas mayores, o colectivos marginales”.
En resumen, es necesario que todos estos problemas sean resueltos para que todos podamos disfrutar de una red segura y una red para todos.
Mª Inmaculada Valero Ponce.
3º de Musical.
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